Meditar para mejorar nuestra salud

Para mejorar nuestra salud hay factores que todos sabemos que tenemos que tener en cuenta. Entre ellos está la práctica diaria de ejercicio físico y no perder de vista una buena alimentación. Hoy en día ya hay estudios científicos que apoyan una práctica más para acabar de garantizar una buena salud: es la práctica de la meditación.

Esta práctica se está estableciendo como objetivo de estudio para la neurociencia, pues aunque durante mucho tiempo se ha atribuido sus beneficios a causas místicas, se puede comprobar que éstos pueden responder a otros motivos.

Algunos de estos estudios se han dado en la Universidad de Yale, y han dado como resultado la demostración de que la meditación puede llegar a incidir en determinadas áreas del cerebro. Así han llegado a concluir que adquirir la práctica de la meditación como algo habitual fortalece los circuitos neurológicos, además de producir emociones positivas y calmar esa parte del cerebro que funciona como gatillo en momentos de miedo o de ira.

Comparar un corazón estresado con un corazón meditador es ver cómo el primero activa la liberación de adrenalina y cortisol, causando un ritmo cardíaco más rápido y arterias más estrechas, mientras que el segundo no solo reduce la activación de este sistema simpático, sino que a su vez, dilata los vasos sanguíneos. También se ha demostrado cómo reduce la presión sanguínea, el engrosamiento de las arterias coronarias, o el uso de medicamentos antihipertensivos. Todo lo enumerado conlleva una reducción en las tasas de mortalidad.

Por otra parte, la práctica de la meditación no solo nos ayuda a tener un corazón sano, sino también contento, ya que también se ha demostrado cómo gracias a ella se incrementan las emociones positivas así como las satisfacciones en nuestra vida. También disminuye los dolores así como las inflamaciones. En definitiva, que motivos no faltan para probar de incurrir en este fantástico mundo.